-->

miércoles, 10 de octubre de 2012

Los padres cristianos segun la biblia




El mandamiento más grande en la Escritura es este: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” (Deuteronomio 6:5) Retrocediendo al verso 2, leemos, “.. para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tu, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.” Siguiendo los versos, más adelante dice, “Y esas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (versos 6-7).


La historia hebrea revela que el padre debía ser diligente en instruir a sus hijos en los caminos y las palabras del Señor para su propio desarrollo espiritual y bienestar. El padre que era obediente a los mandamientos de sus Escrituras hacía esto justamente. La importancia primaria de este pasaje es la responsabilidad de los padres en el hogar de que los niños puedan ser criados en la “disciplina y amonestación del Señor”, Esto nos lleva a un pasaje en el Libro de los Proverbios, 22:6-11; pero primeramente al verso 6, en el cual leemos, “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo (conforme se haga mayor) no se apartará de él.” Instruir, se refiere a las primeras enseñanzas que un padre y madre deben dar a su hijo, esto es; su educación temprana. El instruir tiene como objetivo colocar ante el niño la forma de vida prevista para él. El iniciar la educación del niño de esta manera es de gran importancia, al igual que un árbol sigue la inclinación de sus primeros tres años.

Un pasaje del Nuevo Testamento que nos da una clara ilustración de la instrucción del Señor a un padre en relación con la crianza de sus hijos es: Efesios 6:4; este es un breve sumario de instrucción a los padres, representada aquí por el padre, expuesto de una manera negativa y positiva. “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.” Aquí está lo que la Biblia dice acerca de la responsabilidad de los padres al criar a sus hijos. El aspecto negativo de este verso, indica que un padre no debe fomentar malos sentimientos en sus hijos por su severidad, injusticia, parcialidad o el irracional ejercicio de la autoridad. Eso solo servirá para ocasionar que el niño alimente rencor en su corazón. El aspecto positivo es expresado en una dirección comprensiva; esto es, educarlos, animarlos, desarrollar su conducta en todos los aspectos de la vida mediante la instrucción y amonestación del Señor. Esto es la instrucción (ser un claro ejemplo del modelo de un padre) o educación de un hijo – el proceso completo de educación y disciplina. La palabra “amonestación” contiene la idea de “poner en la mente del niño”, que es el acto de recordarle al niño sus faltas (constructivamente) o deberes (responsabilidades de acuerdo a su edad y nivel de comprensión).


No debe permitirse a los niños crecer sin vigilancia o control. Ellos deben ser instruidos, disciplinados y amonestados, para que adquieran conocimiento sobre el auto-control y la obediencia. Todo este proceso de educación debe ser en un nivel espiritual y cristiano (en el verdadero sentido de la palabra). Es la “disciplina y amonestación del Señor” el vehículo mediante la cual se alcanza el fin de la educación. Cualquier otro substituto o guía de educación, bien puede resultar en un desastroso fracaso. El elemento moral y espiritual de nuestra naturaleza es tan esencial y tan universal como el intelectual. Por lo tanto, la espiritualidad es tan necesaria para el desarrollo de la mente como el conocimiento. Nuevamente Proverbios 1:7 nos dice, “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.”
El padre cristiano es realmente el instrumento en la mano de Dios en materia de la paternidad. Así como el cristianismo es la única religión verdadera, y Dios en Cristo, el único Dios verdadero, el único posible camino para una educación provechosa, es la disciplina y amonestación del Señor. Todo el proceso de instrucción y disciplina debe ser aquél que Él prescribe y administra, para que Su autoridad pueda estar presente y esté en constante contacto con la mente, el corazón y la conciencia del niño. El padre humano nunca debe presentarse a sí mismo como la mayor autoridad que determine la verdad y el deber. Esto simplemente desarrolla el humano aspecto del “yo”. Es solamente haciendo a Dios, Dios en Cristo, el maestro y el gobernante, en cuya autoridad todo es creíble y en obediencia a quien todo lo puede, que se logra alcanzar la meta de la educación.


Las instrucciones de las Escrituras a los padres son siempre el ideal de Dios. A veces tenemos la tendencia de bajar esos ideales a nuestro nivel y experiencia humana. Tu pregunta, sin embargo, es saber lo que la Biblia dice acerca de ser un padre. He tratado de responderla de acuerdo a ella. He descubierto por la experiencia de ser el padre de tres hijos, cuánto he fallado respecto al ideal bíblico. Eso, sin embargo, no desvirtúa la Escritura y la verdad y sabiduría de Dios, para decir que “la Escritura simplemente no funciona.”
Hagamos un resumen de lo que se ha dicho. La palabra “provocar” significa irritar, exasperar, incitar, etc. Esto resulta de un espíritu y métodos equivocados, como es, la severidad, irracionalidad, autoritarismo, dureza, crueles exigencias, restricciones innecesarias, y obcecada terquedad sobre la autoridad. Tales provocaciones producirán reacciones adversas, menoscabando su afecto, obstaculizando su deseo por la santidad, y haciéndolo sentir que es imposible complacer a sus padres. (Yo lo se – he estado ahí, lo he hecho). Un padre sabio (desearía haber sido sabio) busca hacer la obediencia deseable y alcanzable mediante el amor y la gentileza. Los padres no deben actuar como tiranos ateos.


Martín Lutero decía; “Mantén una manzana al lado de la vara, para darla al niño cuando hace bien.” La disciplina en la educación y cultura general, debe ser ejercitada con una cuidadosa vigilancia y una enseñanza constante con mucha oración. El castigar, disciplinar y aconsejar por la Palabra de Dios, proporcionando tanto reprimendas como ánimos según se necesite, es indicativo de “amonestación”. La instrucción proporcionada procede del Señor, es aprendida en la escuela de la experiencia cristiana, y administrada por los padres (el padre) La disciplina cristiana es necesaria para prevenir que los hijos crezcan sin reverencia a Dios, respeto por la autoridad paterna, conocimiento de los estandares cristianos y hábitos de auto-control.


“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea prefecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16,17). Esto es lo que dice la Biblia acerca de ser un padre. La manera y los métodos que los padres puedan utilizar para enseñar la verdad de Dios, necesariamente serán variables. Pero esas verdades deberán estar siempre disponibles para ser aplicadas sobre cualquier vocación en la vida, viviéndolas y haciendo de ellas un estilo de vida.


Así como el padre es fiel en su papel formativo, lo que el niño aprenda acerca de Dios, permanecerá en él/ella en buen lugar a través de toda su vida, sin importar lo que hagan o dónde vayan. Ellos aprenderán a “amar al Señor su Dios con todo su corazón, con toda su alma, y con toda su fuerza” y desearán servirle en todo lo que ellos hagan. (Ministerios Got Question)

Viviendo con la agenda del padre






“Tengo una agenda que dice cómo quiero que sean las cosas cuando llego a la casa”, declaró Camilo audazmente, durante una reciente sesión de consejería. “No creo estar pidiendo mucho que los niños sean responsables.”
“Exacto”, dijo su esposa Sara, “cuando papá llega a la casa, los niños se esconden. Me vuelve loca”.
Camilo y Sara han estado asistiendo a consejería por varias semanas porque su forma de criar hijos está impactando su matrimonio.

“¿A qué se refiere?” le pregunté a Sara.
“Le tienen miedo. Los niños saben que papá tiene ideas sobre dónde deben estar sus juguetes, cómo debe mantenerse su habitación, todo. Es terrible. Él maneja la familia como si fuera un ejercito.”
Camilo miró a Sara fríamente. Ellos tienen una familia mezclada, entonces ella estaba aun más preocupada por su hijo del primer matrimonio, que parecía ser el que más sufría por la situación.
“Si tuvo un mal día, mi hijo es el perjudicado.”
Para defenderse, Camino dice: “Él tiene 16 años, y no hay motivo para que deje su bicicleta en el patio o la patineta en el medio del camino”.

Eso no detuvo a Sara: “No les das tiempo de ser niños. Ese es nuestro gran pleito: ¡la agenda de papá!”
He oído una historia similar varias veces, de todo tipo de familias. Estos padres tienen ideas rígidas sobre cómo creen que deben ser las cosas; y causa estrés en casa. Expectativas rígidas, fuertes consecuencias y comentarios enojados crean un ambiente familiar tenso. Los matrimonios pueden ser severamente impactados por dos tipos de crianza, en especial una que gobierna la familia con autoridad extrema.
A continuación un correo de una madre que pasaba por algo parecido.


Estimado Dr. David:
No estoy segura de cómo empezar. Mi esposo creció en un hogar militar y maneja nuestra casa de la misma forma. Él espera que nuestros hijos sean como soldados, y los veo encogerse cuando lo ven llegar. Aunque él tiene un gran corazón y los niños lo aman, también le temen. Le digo que sus acciones están alejando a nuestros hijos, y él me da un montón de excusas. Él cree que no soy muy estricta con ellos, mientras que yo creo que él es demasiado estricto. ¿Qué puedo hacer para ayudarlo a ver que gobernar la familia con mano dura no va ayudar los niños, sino lastimarlos?

1. Ser padres autoritarios y con restricciones se ha demostrado que crea conformidad en los niños, pero restringe la creatividad.
Los niños de padres severos muchas veces se comportarán, pero luego se rebelarán. La paternidad autoritaria muchas veces crea resentimiento y rebelión. Aunque no se rebelen, la expresión creativa es limitada. Muchas veces el otro padre se siente en necesidad de compensar esta severidad. Este estilo de crianza nunca ha sido recomendado.

2. Padres punitivos muchas veces imitan lo que han aprendido.
Es común que los padres autoritarios digan: “No me lastimó a mí, entonces no los lastimará a ellos”. Tristemente, esto es rara vez cierto. Sí les hirió, aunque no estén en contacto con su dolor. Este tipo de padre necesita ayuda para entender el impacto que tuvo la paternidad de sus propios padres sobre él.

3. Los papás punitivos necesitan comprender que hay otras formas más efectivas para disciplinar y ser un padre para sus hijos.
La disciplina severa no se necesita. Los padres deben acudir a grupos de apoyo, ya sea en Internet, iglesias o un grupo conocido en su localidad.

4. No traten de ser padres idénticos.
Mientras que un padre puede ser muy flojo y otro muy severo, si se mezclan pueden encontrar un balance que beneficie a los niños. Un cónyuge puede aprender del otro, y la meta debe ser complementarse uno del otro.

5. Nunca es tarde para cambiar sus estrategias.
Sus hijos no llegaron con un manual de instrucciones, así que aprender viene de prueba y error. Los niños son increíblemente flexibles, y nunca es tarde para intentar nuevas herramientas.
Escrito por el Dr. David Hawkins - Especialista en relaciones interpersonales
Addthis

Hijo, tu eres mi vida





Había un niño de la India que fue enviado por sus padres a un internado. Antes de ser enviado, este muchacho fue el alumno más brillante de su clase.Era el primero en todo. Él era un campeón.
Pero el muchacho cambió después de salir de casa. Sus notas empezaron a desmejorar. Odiaba estar en el grupo. estaba solo todo el tiempo. hubo momento tan oscuros que hasta pensaba en el suicidio. Todo esto porque se sentía inútil y que nadie lo amaba.
Sus padres comenzaron a preocuparse por hijo, pero incluso ellos no sabían lo que estaba mal con él. Así que su papá decidió viajar a la escuela y hablar con él.


Se sentaron en la orilla del lago, cerca de la escuela. El padre comenzó haciéndole preguntas ocasionales acerca de sus clases, los profesores y los deportes. Después de un tiempo su padre dijo, ‘¿Sabes hijo, la razón por la que estoy aquí hoy? “
El joven contestó, “para comprobar mis calificaciones?”
“No, no” su padre respondió: “Estoy aquí para decirte que eres la persona más importante para mí. Quiero verte feliz. A mi no importan las calificaciones. Me importas tú, me preocupo por ti y me importa tú Felicidad. ERES ES MI VIDA “.


Estas palabras causaron que los ojos del muchacho de se llenaran de lágrimas. Abrazó a su papá y se mantuvieron en silencio por un largo tiempo, no había nada más que decir.
Ahora el muchacho tenía todo lo que quería. Sabía que alguién en esta tierra que se procupaba por él y le amaba profundamente. Significaba el Mundo para alguien¡.
hoy este joven esta en la universidad y es el mejor de su clase. Nadie le ha visto triste jamás !
Muchas gracias papá. Tu Tambien eres es mi vida..¡
Yo siempre he sido Padre, y por siempre seré Padre…Efesios 3:14-15

La pregunta es… ¿quieres tú ser mi hijo? …Juan 1:12-13
Por mi amor hacía tí haré cualquier cosa que gane tu amor…Romanos 8:31-32

Cuando tu corazón está quebrantado, Yo estoy cerca a tí…Salmos 34:18
Así como el pastor carga a un cordero, Yo te cargo a tí cerca de mi corazón
…Isaías 40:11
Un día Yo te enjugaré cada lágrima de tus ojos y quitaré todo el dolor
que hayas sufrido en esta tierra…Apocalipsis 21:3-4


Enviado por: Nilda

¿ Por que nuestros hijos no obedecen?






En el concepto: “Honra a tu padre y a tu madre”  está involucrada la obediencia de los hijos a los padres. En el Antiguo testamento, cuando Dios da los mandamientos a su pueblo (Ex. 20.12 y Dt. 5.16.) señala claramente la responsabilidad y deberes de los hijos para con los padres. En el concepto: “Honra a tu padre y a tu madre”  está involucrada la obediencia de los hijos a los padres.

Efesios 6
1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.
    2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;
    3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.
    4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

Colosenses 6
20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor.
    21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.


No hay duda que esta es una preocupación permanente en la generalidad de los padres y madres en el período de crianza de los hijos. Desde la más temprana edad hasta la juventud.
No obstante vemos en esta área tremendas dificultades en los vínculos familiares.


Para graficarlo, veamos algunas situaciones que se pueden dar que “ayudan” a que la obediencia esté ausente de nuestros hogares.

Situación 1: Una tarde de otoño ya avanzado, un niño estaba por salir cuando su madre le dice: "Va a refrescar. No te resfríes. Ponete un abrigo". El padre - delante del niño - interviene diciendo: "¡Dejalo que salga como está! No hace tanto frío. Vas a hacerle un debilucho". "¡Claro!contesta la madre levantando la voz-. Como no sos vos quien lo cuida cuando se enferma..."
La escena continúa cada vez más violenta. El niño observa y escucha.

Situación 2: El padre amonesta severamente a su hijo. La madre - delante del niño - recrimina al padre diciéndole: "Eres muy exigente con el chico, ¿no te acordás como eras vos y lo que tu hacías a su edad?". El padre -casi gritando-: "¡No te metas! Yo sé lo que hago. ¿Qué se cree este mocoso? ¿Que va a hacer lo que quiera?".

La madre no se queda atrás. El padre tampoco. El niño observa y escucha.

Situación 3: Un día feriado el padre y el hijo están por salir de paseo. La madre recomienda al primero que cuide lo que el niño coma. Van al parque de diversiones y el padre deja que el niño tome varios helados y coma toda clase de “comidas chatarra” en los puestos ambulantes, pero le advierte: "No se lo digas a mamá. Decile que comiste otra cosa".
"Si lo llega a saber nos come crudos". El niño observa y escucha.

Situación 4: "Usted hoy no sale de casa en todo el día, está en penitencia hasta que yo regrese", le dice el padre a su hijo en castigo por alguna travesura. Luego se va al trabajo. Media hora después la madre se acerca a la cama del niño y melosamente le dice: "¡Pobrecito! y agrega, con un gesto en el que trata de ser severa pero que no engaña al niño: Es la última vez que desobedeces a papá. ¿Estamos?". "Pero antes de que llegue te acuestas de nuevo".

El niño observa y escucha.

Situación 5: Harta de los "desastres" que el niño ha provocado, la madre le dice con tono amenazante: "¡Vas a ver cuando venga papá! Le voy a contar todo lo que hiciste. ¡La paliza que te va a dar!". El padre regresa y su mujer cumple con lo prometido. "Tu hijo estuvo insoportable. Hizo esto y lo otro". El padre reacciona malhumorado: "¿Acaso yo soy el verdugo de la familia? ¿Por qué no lo castigaste vos en su momento? Uno llega del trabajo esperando encontrar tranquilidad y se encuentra con esto".

La madre excitada replica: "¡Y todavía te quejas! Se ve que no tienes que aguantarlo todo el día. Además... ¿qué creés que hago yo en casa? ¡Si trabajo más que vos!". Las palabras van y vienen.
Por último el padre, fuera de sí, grita al niño y le da una paliza. El niño observa, escucha... y llora.

Los padres socavan su autoridad

Las situaciones que acabamos de exponer, ponen en evidencia un error que muchos padres cometen en la educación de sus hijos: socavan su autoridad al poner de manifiesto su falta de unión y entendimiento. Estos padres están derribando los pilares de la confianza y el respeto mutuo sin pensar que mañana "se les caerá el techo encima".

Los padres que sistemáticamente hacen añicos su propia autoridad, no pueden pretender que sus hijos les obedezcan. Si hay algo que se nota en “estos padres” es que no son ningún ejemplo de obediencia a Dios, poco o nada pueden pretender sobre la obediencia de sus hijos.

Hay que ponerse de acuerdo

El ejemplo de “sometimiento del uno al otro” –Ef. 5:21 -  en los cónyuges facilita le obediencia de los hijos, en cambio, inclinan a la desobediencia los padres que con sus discusiones dan un ejemplo de discordia y falta de sometimiento a Dios. Psicológicamente en la mente del niño la familia es una unidad y los padres son una sola cosa -como idealmente debe ser- (hermosa conclusión de la ciencia respecto de las verdades bíblicas.

Actitudes opuestas sobre un problema lo desorientan. No debería haber grandes disensiones entre los padres, pero si las hay, el niño debería observar que se resuelven dentro de ciertos límites de respeto, amor, confianza y dependencia del Señor. – Ef. 5:22-33 -

Si uno pierde la cabeza, que no la pierda el otro

Si uno de los cónyuges considera equivocada una medida tomada por el otro, no lo contradiga delante del niño. Si cree absolutamente necesario intervenir en ese momento, hágalo con serenidad y prudencia y solamente para mitigar las consecuencias de lo que él considera un error. Las críticas, el cambio de ideas y el acuerdo sobre cuál es la mejor manera de educar a los hijos, vendrán después.

Nada hay más perjudicial para los que ejercen la autoridad, que discutir "perdiendo la cabeza" frente a sus subordinados. Si uno pierde la cabeza, que el otro la conserve. Así no dará a sus hijos el triste espectáculo de una discusión violenta, incongruente, de oídos sordos, de odios y rencores entre los seres que él más ama.

Las consecuencias de un error educacional, salvo excepciones, nunca serán tan graves como la de una disputa conyugal delante de los hijos.

No hay que desautorizar al otro cónyuge

En ningún caso los esposos deberían desautorizarse modificando una orden dada por el otro, otorgando un pedido negado o levantando una penitencia impuesta. Además de perder autoridad, crean mutuos resentimientos -gérmenes de futuras discusiones- e incitan al niño a adoptar una actitud "astuta" frente a sus padres: oscilando como un péndulo hacia uno u otro, según convenga a sus deseos. Igualmente, los padres no deberían recurrir a la amenaza de contárselo al otro, es una confesión de impotencia que les quita autoridad moral.

Las alianzas solo en el matrimonio

Un mal muy observado es la alianza que cualquiera de los padres hacen con sus hijos en desmedro de la autoridad y figura del otro. No debe haber secretos entre uno de los padres y el o los hijos, a no ser para comprar un regalo sorpresa para el otro padre.

La unidad conyugal sólo puede ser producto de la confianza y el respeto

La obediencia de los hijos es el reflejo de la obediencia de los padres al Padre celestial que se manifiesta en la unidad conyugal y ésta a su vez es producto de la confianza y el respeto que reina entre los padres por la presencia del Espíritu Santo en sus vidas. Un ambiente donde reina el temor a Dios con una vida devocional real, se manifestará cargado de comprensión; sinceridad; comunicación; tolerancia; sacrificio y búsqueda de una auténtica felicidad de los seres que se ama. Cuando en un hogar se vive este ambiente, difícilmente llegan a ser un problema los hijos adolescentes.

La unión y buena voluntad de los padres respaldados por la autoridad de la Palabra de Dios,  primeramente instalada en sus vidas, permiten al adolescente superar las dificultades que normalmente se le presentan. Cuando un joven vive en un ambiente en que se ama y se siente amado y comprendido, tiende a sentirse ayudado por esos seres que lo aman y a quienes ama.

Aprovechemos  y disfrutemos que “...el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. – Rom. 5:5 – y apliquémoslo a todas nuestras relaciones.

Por Osvaldo Maccio

Enviado Por: Nilda

El costo de los hijos





Sacando cuentas… Recientemente, el gobierno de los Estados Unidos calculó el costo de criar un niño desde su nacimiento hasta la edad de 18 años y obtuvo la suma de US$ 160.140 para una familia de clase media.
¡Impresionante!

Para los que tenemos hijos, estos números nos llevan a fantasear sobre todo el dinero que podríamos tener amontonado si no fuera por tenerlos. Para otros, ese número podría confirmar su decisión de seguir sin hijos.Pero US$ 160.140 no son algo tan malo. Si lo desglosamos, se convierte en US$ 8.896,66 por año, US$ 741,38 por mes o US$ 171,08 por semana. ¡Eso es tan sólo US$ 24,44 por día! Tan sólo un poco más de un dólar por hora.
Aun así, se podría pensar que el mejor consejo financiero sería decir “no tenga hijos si quiere ser rico”. Sin embargo, es justo lo contrario.
¿Qué obtiene usted por sus US$ 160.140?

• Derecho para poner nombres: Primer nombre, segundo nombre y Apellido!.
• Maravillarse todos los días.
• Más amor que el que su corazón puede soportar.
• Besos de mariposa y abrazos de velero.
• Una mano para sostener, normalmente llena de pizza o dulce de leche.
• Un compañero para hacer burbujas, cometas, castillos en la arena o poder ir saltando por la vereda mientras llueve a cántaros.
• Un socio para reírse tontamente de uno mismo, sin importar lo que diga el jefe o los vaivenes económicos.
• Por US$ 160.140, usted nunca tiene que crecer!
Tiene permiso para:
• Pintar con los dedos,
• Jugar con barro,
• Jugar a la escondida,
• Capturar luciérnagas y nunca dejar de creer en milagros.
• seguir leyendo las aventuras de Asterix, o Scooby-Doo,
• Ver dibujos animados los sábados de mañana,
• Ir a ver películas de Disney y pedirle deseos a las estrellas.
• Pegar arco iris, corazones, y flores con los imanes de la heladera.
• Por US$ 160.140, no hay mejor inversión para su dinero.
• Usted puede ser un héroe sólo por sacarle las rueditas ‘de aprendizaje’ a la bicicleta y sostenerla; llenar la piscina inflable, sacar una astilla, escupir un chicle muy lejos.
• Ser DT de un equipo de fútbol que nunca gana.
Usted consigue:
• Un asiento de primera fila en la historia, para ser testigo privilegiado del primer paso, la primera palabra, el primer diente, la primera vez en la rueda gigante y la primera cita.
• Ser inmortal algunas veces.
• Agregar otra rama a su árbol genealógico,
• Y si tiene suerte, una larga lista de nombres a tratar de recordar, llamada nietos.
• Formación en psicología, nutrición, justicia, ecología, historia, comunicaciones y sexualidad humana que ninguna universidad formal puede igualar.
Ante los ojos de un niño, usted está en el mismo escalafón que Dios.
Tiene todo el poder para:
• Sanar un llanto,
• Espantar los monstruos,
• Remendar un corazón roto,
• Vigilar una fiesta,
• Ponerlos siempre sobre la tierra, y amarlos sin límites, de manera que un día ellos … quieran, como usted y sin tomar en cuenta los costos… tener sus propios hijos !!


Autor: Desconocido
Andrea Carrillo de Contreras
andrea@renuevodeplenitud.com

Enviado Por:  Nilda